sábado, 27 de agosto de 2011

Pedro Albizu Campos

Nació en el barrio Tenerías de Ponce, el 12 de septiembre de 1891. El Dr. Pedro Albizu Campos, conocido por sus seguidores como “El Maestro”, es una de las figuras más prominentes en la política puertorriqueña durante el siglo XX. Realizó sus estudios primarios y secundarios en Juana Díaz y en Ponce. En 1912, fue becado por la Logia Masónica Aurora, se trasladó a la Universidad de Vermont. Por su excelente trabajo, fue recomendado para estudiar en la Universidad de Harvard. Allí cursó estudios en diferentes áreas, y logró los títulos de Licenciado en Derecho Internacional, Doctor en Filosofía y Letras, Ingeniero Químico y Teniente en Ciencias Militares, además de dominar seis idiomas.

Mientras residía en Estados Unidos, presidió el Cosmopolitan Club, un capítulo de los Caballeros de Colón, y participó en diversas organizaciones promotoras de la independencia de Irlanda. También, ingresó en el Ejército de Estados Unidos de América, en el que alcanzó el grado de Teniente.

En Puerto Rico, se inició en la política dentro del Partido Unión de Puerto Rico. En 1924, se separó de dicho partido y pasó a formar parte del Partido Nacionalista de Puerto Rico, en el que se destacó como líder indiscutible, e imprimió una dinámica revolucionaria a la lucha por la independencia. En 1925, fue electo vicepresidente de ese partido, e inició una peregrinación por diferentes países latinoamericanos en busca de apoyo y solidaridad a favor de la independencia de Puerto Rico.

Juzgado y condenado a diez años de prisión por el delito de sedición, fue trasladado a la cárcel federal de Atlanta. En 1943 enfermó gravemente y tuvo que ser ingresado en el Hospital Columbus de Nueva York, centro en el que permaneció hasta casi el final de la condena. Regresó a su tierra natal en 1947.

El atentado de un grupo independentista el 1 de noviembre de 1950 contra la Casa Blair en Washington le llevó nuevamente a prisión. Durante esta segunda condena, como experimento o con el simple propósito de causarle la muerte, fue expuesto a radiaciones radioactivas que mermaron seriamente su salud. El gobernador Luis Muñoz le concedió el indulto en 1953; Albizu lo rechazó y fue expulsado de la cárcel. El indulto le fue revocado tras otro atentado nacionalista en el Congreso estadounidense en marzo de 1954.

En marzo de 1956 sufrió un ataque cerebral que le paralizó el lado derecho y le dejó sin habla, a pesar de los cual no recibió asistencia médica hasta pasados cinco días. En 1964, pocos meses antes de su muerte, recibió el indulto definitivo. El traslado de su féretro al cementerio de San Juan se convirtió en una ceremonia de homenaje por parte de miles de compatriotas. Admirado por muchos que lo consideran un héroe nacional y denostado por algunos otros debido al empleo de métodos violentos para conseguir sus objetivos, la figura de Albizu Campos es una de las más controvertidas de la historia puertorriqueña.

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